Christine Martínez es una entusiasta del béisbol. Es apasionada del juego, el negocio detrás de éste y las historias personales de los jugadores que lo convierten en uno de los deportes más populares en los Estados Unidos. Sin embargo, se ha hecho evidente para ella que el «pasatiempo estadounidense» ya no representa únicamente a los Estados Unidos. Es por esta razón que tomó la decisión de realizar una investigación sobre el deporte en la República Dominicana, un país que está también lleno de talentos del béisbol y de patrimonio y es el hogar de un sinnúmero de superestrellas de las Grandes Ligas del Béisbol (MLB, por sus signos en inglés) que están transformando la manera en que los estadounidenses ven el juego.
«La República Dominicana tiene el mayor número de jugadores de béisbol en las Grandes Ligas, más que cualquier otro país de América Latina, siendo sólo superada por los Estados Unidos en el número total de jugadores en los equipos de las Grandes Ligas», ella dijo. «El 27 por ciento de los jugadores de las Grandes Ligas enlistados el día de la inauguración de la temporada 2010 fue jugadores nacidos fuera de los Estados Unidos. Los números son más altos en las ligas menores, sobre todo en los niveles más bajos, ya que todos los equipos de las Grandes Ligas operan academias en la República Dominicana y en Venezuela».
Después de dos meses viviendo en Santo Domingo y investigando la dinámica del béisbol como una industria en la República Dominicana, Martínez por fin tuvo la oportunidad de asistir a un partido de la Liga de Beisból Invernal Dominicana el domingo 30 de octubre, y de experimentar el otro lado del deporte: el béisbol como parte de la cultura dominicana.
«El juego fue el mejor de todos los tiempos», dijo Martínez. «Los aficionados son mucho más apasionados aquí… cada lanzamiento y cada jugada tiene a todos los aficionados ondeando banderas y soplando sus cuernos».
La temporada de la liga dominicana de béisbol invernal se lleva a cabo en un calendario opuesto al de las Grandes Ligas del Béisbol en los Estados Unidos debido al hecho de que muchos jugadores de las ligas mayores y menores viajan a la República Dominicana para jugar en la liga dominicana y para mantenerse en forma durante la temporada baja. Por esta razón, Martínez tuvo que esperar dos largos meses, hasta que finalmente la temporada comenzó a finales de octubre, para asistir a su primer juego.
«Una vez que comenzó la temporada aquí, he visto algunos de los juegos en la CDN [una canal de televisión local]», dijo Martínez. «He encontrado la manera de mantenerme conectada con el juego aquí y con el juego en los Estados Unidos, así que no me sentía como si estuviera fuera del circuito».
El viaje al «play», como los dominicanos llaman a los juegos de béisbol, fue organizado por InteRDom como parte de su agenda de excursiones culturales alrededor de Santo Domingo, ya que es un símbolo importante de la cultura dominicana. Un viaje al play ofrece mucho más que una oportunidad de presenciar la competencia entre los talentos dominicanos e internacionales, algunos de los cuales han firmado contratos con las ligas mayores y menores en los Estados Unidos. Más bien se trata de una producción donde una variedad de personajes, incluyendo músicos, bailarines, vendedores y fanáticos espectadores proporcionan la mayor parte de la diversión.
«Dentro del campo el juego no es diferente del béisbol estadounidense», comentó Martínez acerca de su experiencia, «pero fuera del campo es muy diferente».
Martínez asistió a un partido entre dos equipos cuyas sedes se encuentran en Santo Domingo, los Leones del Escogido y los Tigres del Licey. La rivalidad entre estos dos equipos es intensa e histórica, y Martínez estaba deseosa de participar en la fanfarria. Ella decidió apoyar al equipo del Escogido, dijo, porque el jugador de primera base de su equipo favorito de las Grandes Ligas, los Gigantes de San Francisco, juega para ellos.
«Terminé comprando una gorra del Licey en el juego… porque no me gustaban los sombreros del Escogido. Así, mientras que yo soy una Liceyista, sigo apoyando a todos los jugadores de los Gigantes en los equipos de aquí».
Una cosa que se le hizo evidente después de haber comprado la gorra, dijo, fue que muchos fanáticos dominicanos son muy estrictos sobre a quiénes alientan.
«He visto aquí que es muy común estar en un ‘lado’ en la cultura dominicana… algunos aficionados me preguntaron por qué estaba animando a Belt del equipo Escogido si yo llevaba una gorra del Licey».
Pero al final, Martínez descubrió que, contrariamente a lo que ella esperaba, el béisbol dominicano no es realmente tan diferente del juego en los Estados Unidos. Asistir al juego le proporcionó una nueva perspectiva que le ayudará a entender mejor el juego en los Estados Unidos también.
«Vine a la República Dominicana sin saber qué esperar y me encontré con que no es realmente tan diferente de la vida cotidiana en los Estados Unidos», dijo. «Supongo que pensé que el béisbol aquí sería diferente, y si bien lo es en cierto modo, no lo es en su esencia. Me gusta eso».
La investigación de Martínez sobre el béisbol en la República Dominicana con InteRDom continuará hasta mediados de diciembre, y continúa sumergiéndose en una serie de temas sobre los cuales se ha publicado poco. Manténgase al tanto del progreso de su investigación durante este semestre frecuentando la Serie de Experiencias InteRDom, así como el blog InteRDom, donde se publican sus artículos.