Ya casi ha llegado el momento de que regrese a casa y a diferencia de lo que ocurre con muchas cosas aquí, eso no puede suceder tarde.
Recibí un correo electrónico donde muy amablemente se me recordaba (ya estaba atrasada) que debía escribir un blog y la primera cosa que pensé fue: «déjame ver qué tan rápido puedo escribir esto». Es la hora de la verdad durante mi segunda pasantía – un proyecto de investigación sobre el CAFTA-DR (el Tratado de Libre Comercio entre la República Dominicana, Centroamérica y los Estados Unidos), y siento como si recién estoy comenzando a conocerlo. Me reí de lo que pensé porque nunca he podido escribir estas cosas rápidamente, pero también porque aquí [en la República Dominicana] las cosas simplemente no suceden con rapidez. Es una cuestión cultural y me estoy adaptando a eso. Así que pensé escribir una pequeña entrada sobre el tiempo.
En el último blog hablé sobre la cultura y los estereotipos y subrayé las similitudes ocultas. Dentro de ese marco quiero hablarles sobre una diferencia. Permítanme también añadir: sé que estoy hablando de generalidades. Sé que no aplican a todos. No quiero decir que esto parezca ofensivo hacia una u otra cultura, sino que sea un ejercicio de pensamiento crítico sobre la cultura y los estereotipos, y nuestras tendencias a ser ciegamente de mente cerrada o ciegamente de mente abierta. Dicho esto, todo el mundo conoce los estereotipos acerca de los latinoamericanos y el tiempo. Estar a tiempo significa llegar por lo menos 10 minutos tarde – y eso en su mayoría es verdad. También a menudo esto se considera un aspecto negativo de la cultura latina, y para este blog, y de acuerdo a mi experiencia, específicamente de la cultura dominicana.
Puedo quedar atrapada en esta mentalidad de ritmo rápido de Nueva Inglaterra, donde a veces todo sucede rápido, rápido. Antes de terminar de hacer una cosa ya estoy pensando en cómo voy a hacer la siguiente cosa; en casa [en Rhode Island] a menudo hago más durante un día que durante mi semana normal aquí en la República Dominicana. No dudo en comer a la carrera, y a veces corro de un lugar a otro. Aquí las cosas no funcionan así. De hecho, rara vez veo a alguien aparentemente con prisa, excepto tal vez yendo a la tienda de la esquina (al colmado) para comprar alguna cosa mientras cocina. La gente se detiene y charla mientras van de un lugar a otro, y me he sentado detrás de tantos conductores no agresivos que permiten que otros coches les corten el camino durante múltiples ciclos de los semáforos (aunque se apresuran a tocar la bocina durante la luz verde). Por supuesto que hay excepciones, pero en general el ritmo de vida aquí es más lento.
Honestamente, me puede volver loca, pero la frustración no resuelve ningún problema, así que opto por aceptarlo. Eso es un paso en la dirección correcta, pero puedo ir aún más lejos. En lugar de que simplemente el ritmo diferente del tiempo que tengo aquí no me moleste, tengo que aprender a apreciarlo. Las culturas evolucionan por alguna razón. Los dominicanos no fueron arrojados a esta perspectiva cultural sobre el tiempo y se les dijo: «éstas son las reglas, hagan lo mejor que puedan.» No, estas normas evolucionaron en función de los ideales, los valores e intereses de la gente del país. Por lo tanto, ¿cuáles son esos valores? ¿Qué intereses sirven?
Hay muchas respuestas a esas preguntas – y esto es una simplificación excesiva de uno de los factores claves, pero creo que tiene una verdad fundamental.
Para responder a esta pregunta pensé en lo que sería para mí un día exitoso dentro de los marcos culturales. En la mentalidad cultural de los Estados Unidos podría decir: «Me apresuré a trabajar esta mañana, así que pude incluir una breve cita para almorzar. Después del trabajo fui a una clase en el gimnasio, donde en 30 minutos sudé más que la mayoría de la gente en una semana (gracias Crossfit, por sus entrenamientos cortos pero matadores) y, después de correr al supermercado, llegué a casa con tiempo suficiente para cambiarme, lavar ropa en la máquina, y tomar la cena que cociné en una olla de cocinado lento para comerla en el coche de camino a mi grupo de la iglesia». Mi día exitoso está lleno de acción, un poco apresurado y orientado a la programación pero logra objetivos tangibles.
Un día exitoso para mí dentro del marco cultural dominicano podría parecer un poco diferente. Podría decir: «Tuve un comienzo lento en el trabajo porque mi compañera de oficina estaba teniendo algunas situaciones difíciles en el hogar; conversamos sobre el asunto y le ofrecí algunos consejos y ánimo. Más tarde, tuve un poco de tiempo extra para el almuerzo y disfrutamos de una gran comida con mis compañeros de trabajo. Después del trabajo me detuve a visitar a mi tía y para la cena me ofreció un jugo de frutas frescas y una pequeña sopa; dos horas después salí con mangos para mi mamá y plátanos para mí. Terminé el día reuniéndome con algunos amigos para correr en el parque». Mi día ideal está orientado hacia las relaciones y tiene espacio suficiente para permitir que el tiempo fluya libremente, pero tiene pocas cosas que puedo sacar de la lista de tareas pendientes.
Dos hombres jugando dominó – un pasatiempo común. Hay muchas más de personas pasando tiempo juntos. Créditos de foto: World Race Blog |
Así que, volviendo a la pregunta: ¿en relación con el tiempo, cómo es que la cultura dominicana sirve al pueblo dominicano? ¿Cómo es que este ritmo es bueno? ¿Cómo puedo apreciarlo? – Simple, este punto de vista sobre el tiempo permite que las personas formen relaciones profundas con sus amigos, compañeros de trabajo y familiares. Tener flexibilidad con el tiempo a menudo dice que eres más importante que mi próximo proyecto – o que construir un próximo proyecto. Este aspecto de la cultura dominicana es un tesoro. Cuando navego por esta cultura con esta forma de pensar todavía puedo ser crítica en mi opinión sobre el tiempo, pero reconozco el tesoro que es la otra cara de la moneda.
Entonces, ¿qué es lo que me llevo a casa? Vivimos en un mundo cada vez más globalizado, uno donde muchos países, especialmente los países en desarrollo, son criticados por ciertos aspectos de su cultura tales como el tiempo. He conocido a muchos dominicanos que hablan sobre este aspecto negativo de su cultura, pero no sobre de dónde viene. Mi mensaje es: Conoce la naturaleza del problema. Dominicanos, aprecien su cultura y la forma de cuidar a la gente. Entiendan que eso es un factor importante en el «problema» del tiempo. Sean críticos, pero piensen de manera crítica tanto sobre los demás como sobre sí mismos. No fomento el estancamiento, pero no se debe actuar con exceso de celo. No se puede tener todo; ¿qué es lo que quieres que sea tu tesoro?
Por último, tu reto: Hagan lo mismo con la cultura de los Estados Unidos. Seleccionen un «negativo» y vean cuáles son los aspectos positivos complementarios o tesoros. Yo lo haría, pero esta entrada del blog probablemente haya sobrepasado nuestro período corto y de gratificación instantánea, también conocido como la actual capacidad de atención de la cultura norteamericana, pista pista ;).
Y, por último, sólo por diversión algunas de mis fotos:
«Stand up» en Cabarate. Las olas hicieron dificil pararme. |
El Palacio Presidencial en Santo Domingo con nubes de tormenta en el fondo. |
Mate – un te Argentino de tradición – en el parque con otros pasantes. |
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