Por Jacqueline Pérez
Si estás leyendo este artículo, quiere decir que al igual de millones de estudiantes alrededor del mundo, te has estado haciendo una de las preguntas más relevantes de tu vida. ¿Qué buscan los empleadores hoy en día? ¿Será que debo de enfocarme en mis tareas para asegurar ese índice perfecto, a pesar de no dejar tiempo para hacer nada más? ¿Si no, entonces debería de enfocarme en conseguir muchos empleos y pasantías, y olvidarme de ese numerito en mi récord de notas? Pues al final del día, ¿No es cierto que, si no consigo empleo antes de graduarme de la universidad, entonces nadie nunca me querrá contratar?
Bueno, primero que nada, calma por favor. No tienes que saber todas las respuestas desde ya.
No existen mandamientos para esto; en ningún lado del mundo encontrarás escrituras antiguas que revelen las “reglas sagradas del mundo laboral”. Para decirte la verdad, me atrevo a decir que la mayor parte de las personas que formamos parte de él simplemente vivimos improvisando. Sin embargo, si eres como yo, entonces el simple hecho de “improvisar” nunca ser suficiente para tí. Entonces, ¿Cuál es el plan? ¿En qué te deberías de estar enfocando en los años más formativos de tu vida?
La respuesta es simple: el balance.
No, no es una broma. Realmente es así de simple. Pero no – no existe una sola respuesta universal que le funcione a todo el mundo (recuerda: no hay reglas). Lo bonito del balance es que cada quien tiene el suyo propio, y en mi opinión, el entender y manejar el tuyo es una de las cosas más importantes que te enseñará esta etapa de tu vida.
Aunque es cierto que mantener un índice perfecto en tus estudios no te va a asegurar esa posición que tanto añoras, sin duda es algo que lleva cierto peso. Al fin y al cabo, muchos empleadores lo miran como un estándar de tu disciplina académica, y por ende también de tu productividad. Tener buenas experiencias laborales, como pasantías, es igual o más importante que esto. Por supuesto, no le sirve de nada a una compañía tener al que mejor se examinaba de la clase, si nunca ha levantado un teléfono de oficina en toda la vida.
El punto es que, claro, hay que darles la prioridad debida a los estudios. Sin embargo, nunca se debe hacer a costas de una buena experiencia laboral, ya que esto también forma parte integral de tu preparación para el “mundo real”. Definitivamente, completar al menos una pasantía antes de finalizar tus estudios, va a facilitar tu inserción al mundo laboral una vez te hayas graduado.
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