Déjenme explicar: No soy una corredora. Puedo correr, pero no es bonito y no se ve bien (vean la foto más abajo de una caminata de 5k). Sin embargo, correr es la analogía perfecta para hablar de un lenguaje extranjero. En mi carrera, las primeras pocas millas no fueron tan malas. Pero la dificultad aumentó hasta que eventualmente sentí que inhalaba fuego y estaba empujando mis piernas a través de dagas. Me tomó cada gramo de autodisciplina (o locura) que tenía para poder seguir avanzando y terminé, pero estaba desgastada. Muy parecido a un auto que avanza sin gasolina, mis piernas seguían contrayéndose provocando que mis rodillas se doblaran a medida que tropezaba en mi... Read More